jueves, 3 de abril de 2008

Nova Express, de William S. Burroughs


Nova Express
William Burroughs

Ed. Bruguera. Trad.: Martín Lendínez
1964. 187 págs.

Nova Express pertenece a lo más vanguardista del Burroughs de su primera etapa. Es una novela donde experimenta con las técnicas de cut-up, creado por Brion Gysin (foto) y el fold-in, técnicas que llevan a resultados irregulares y efímeros, y que son más interesantes en sus planteamientos que en su producto final. Suele pasar. Al final molan porque son novedad, lo cual implica que de manera irremediable terminen cansando. Lo mismo pasa en cualquier otro arte, en cualquier otra innovación en el arte dejado al azar. Y al final, como en el surrealismo, como con otras vanguardias, se depura y se somete a ciertas reglas de la lógica anterior y, salvo algunos casos, salen mejor las cosas. Suena algo conservador, pero en cierto modo es así: la vanguardia pierde mucho cuando no es actual y es entonces cuando lo que más se valora son, precisamente esos dos polos opuestos: o la vanguardia más radical, primitiva y precursora, como la más crepuscular y refinada, dejando en el olvido casi todo lo del medio.

En Nova Express se tratan los temas de Naked Lunch o de The Soft Machine, quizá junto a Junkie mis novelas favoritas de Burroughs, es decir, drogas, conspiración del Sistema, ciencia ficción, lenguaje técnico/lenguaje obsceno, antilenguaje, incomunicación, alienación, apocalipsis, psicosis, caos... Sin embargo carece de algunos ingredientes fundamentales de aquellas: el mundo gay, las secuencias sexuales o pornográficas y una mayor presencia de las drogas, que aquí es algo tratado de forma tangencial. Creo que estas carencias son las que hacen que me decante por esas otras, al igual que en sus dos primeras obras, la desnudez de Junkie no tienen comparación con el sentimentalismo dulzarrón y mariquita de Queer. Quizá se trataba de no volver a escribir la misma novela.

Hay una evidente carga política en la obra, como la había en las anteriores. Burroughs nos muestra un Sistema futuro y ficticio, trasunto demencial del actual, consolidados mediante el control y la represión, en lo que sería una postura completamente demencial e hipócrita, del mundo ilegal y marginal de las drogas, creado por el propio Sistema precisamente al marginarlo e ilegalizarlo.
Existen guiños a la metaficción y a la autorreferencialidad, hablando de uno de los agentes que aparece en un informe como un escritor que ha publicado

"una novela considerada pornográfica titulada El almuerzo desnudo en la cual se describía el Truco del Orgasmo Muerte",

o autorreferencias, en primera persona, incluyendo la obra que tenemos en las manos, como en el pasaje donde afirma que

"el objetivo de mi escritura es denunciar y detener a lo Criminales Nova. En Almuerzo Desnudo, Aparato Blando y Nova Express muestro quiénes son y lo que están haciendo y lo que harán si no se los detiene".

Aparece también un personaje llamado The Heavy Metal Kid, tres años antes de que Steppenwolf utilizara esta expresión en su tema Born to be wild y que daría nombre a un célebre estilo musical. Uno de los referentes de esta obra es Wilhelm Reich y su teoría sobre los orgones, a quien alude varias veces pero sin extenderse demasiado.

Burroughs es siempre interesante, pero en ésta obra es difícil de seguir su trama, si es que la tiene, y su técnica, siendo lo más novedoso, se hace por momentos insoportable, y cuando uno tras mucho esfuerzo le encuentra su gusto, simplemente se muere de aburrimiento por lo repetitivo y lo irrelevante de lo que nos dice. Al final uno puede crearse la sensación de que esa lógica alternativa del lenguaje que usa es el producto de un Sistema en el que se ha destruido la lógica del lenguaje, un mundo en el que el absurdo y el caos lingüísticos llevan a la incomunicación y viceversa, no al silencio, a la manera de Antonioni justo en ese mismo año, o al absurdo beckettiano, sino a la verborrea excesiva y a la cagalera semántica que hora atufa, hora asombra, pero no siempre por igual.

¿Por qué casi ya no me gustó Burroughs?

5 comentarios:

Tomás Rodríguez dijo...

Porque esres otro lector. pensar que uno siempre es el mismo lecotr es una falacia. por otra parte, me encantan tus reseñas de obras no convencionales y productos del best-seller. anoto la película y las referencias, y un saludo igualmente.
http://tropicodelamancha.blogspot.com

Suetonio dijo...

Evidentemente no soy el mismo lector porque no soy el mismo hombre. Aunque podría no ser el mismo lector siendo el mismo hombre, o ser el mismo lector y distinto hombre, todo tiene que ver con el tiempo y con la experiencia, que en este caso es la medida del tiempo...

¿La de Antonioni o la de Gerasimov?

Tomás Rodríguez dijo...

Gerasimov...

Humanoide dijo...

Ya esta bien.

Suetonio dijo...

¿Cúalo?

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